Miedo.

La duda eterna que tengo cuando hablan del "miedo": ¿Cómo alguien puede elegir algo que no existe por sobre algo que podría llegar a existir?
El miedo no existe. 
El miedo está en el nene de seis años con terror a mirar abajo de la cama. Entonces se acuesta, se cubre el cuerpo, y ya se siente protegido: La sábana no protege. El nene en el fondo lo sabe.
El nene se tapa el miedo con algo que no existe, porque sabe lo que cuando crezca tiene que entender: el miedo tampoco existe.
Dormir es real, es necesario, es humano. Hay que hacerlo. Hay que sacar coraje de cualquier lugar para hacerlo.
Algo que no existe no te puede privar de algo que sí. Dormir, vivir, comer. O sentir. No te puede privar de sentir.
Yo tengo miedos. De todos los tamaños, de todos los colores. Algunos irracionales. Otros fundados en experiencias que ya pasaron. Pero no dejo que me limiten. Siempre encuentro una sábana con la cual cubrirlos. Después de todo, son una exageración de pensamiento. Son un monstruo escondido abajo de la cama. Y se tienen que quedar ahí.
¿Por qué el monstruo se escondería de nosotros debajo de una cama? Así de irracional se vuelven nuestros miedos cuando los pensamos en frío. Cuando agarramos una sábana que no nos protege de nada, salvo de estancarnos para siempre en nuestros miedos. 
¿Por qué el monstruo se escondería de nosotros debajo de una cama? Quizás hasta nuestros miedos nos tienen miedo. Tal vez solo existen para que, cada vez que los desechemos, nos volvamos un poco más valientes, y nos sintamos un poco más vivos. Por ahí la vida está, todas las veces, del otro lado del miedo. Y quiero vivir ahí.
Yo no puedo vivir con miedo a que mi pasado se repita, porque si lo hiciera, mi pasado se quedaría también con mi futuro. Y no existe sábana que me proteja de todo lo que me pierdo si me quedo sin futuro. 

Comentarios

  1. Sos la mejor, seguí así, que me haces reflexionar mucho cuando leo tus textos. Te amo sollll

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