Día de sol
Nos debemos un día de sol, yo sé que ese día va a haber sol. Vos me vas a decir que hiciste en mi ausencia, yo voy a quedarme admirándote y pensando en todas las vueltas que dimos y todas las vueltas que la vida nos dio, para dejarnos enfrente, otra vez. Vos me vas a hablar y yo me voy a reir de la ironía, voy a pensar en que al final éramos nosotros pero no era el momento, voy a agradecerle al tiempo por haber organizado nuestros destinos para que coincidamos, de nuevo, y me voy a acordar de ese junio en el que lejos tuyo escribi este texto. Nos debemos una charla, un café, una risa que terminé en besos, o unos besos que terminen en sonrisa, nos debemos una oportunidad, una casualidad que nos vuelva posibles, y dicen que hasta las lineas paralelas, se interceptan y cruzan en el infinito.
Sé que ese día va a haber sol, vos vas a sonreirme, y yo voy a volver a creer en la suerte. Vamos a compartir un café, me vas a contar qué hiciste en mi ausencia, y yo te voy a contar que no existió un sólo día, en el que pensándote no haya sonreído. Nos debemos un día de sol, un café caliente y amargo, y la dulzura de un encuentro que haga que este escrito, (que no es más que un profundo e insaciable deseo), se vuelva una profecía de dos personas que en un día de sol, se volvieron a hacer realidad.
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