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Mostrando entradas de octubre, 2019

Mi soltería

Me acuesto a la hora que quiero, y me pongo tres o cuatro alarmas, para despertarme a la mañana siguiente justo con la que prefiero. Reniego de mi soltería de vez en cuando. Y digo que la aborrezco, y que quiero a alguien, y a veces hasta logro convencerme de que eso es verdad. Tengo mi rutina armada como sé que funciona, cronometrada con exactitud, y no quiero que nadie la toque, porque es mía. Es egoísta, quizás, pero disfruto que mi vida sea mía. No tengo horarios definidos para los demás. Decido yo, según mi ánimo, en qué momento quiero compartirme. Aunque yo soy mi mejor compañía. De vez en cuando salgo con personas. Me siento enfrente de hombres a fingir ser lo que no soy, a pretender necesitar lo que no necesito. Sonrío falsamente, soporto que me digan piropos que lejos de contentarme me incomodan, finjo disfrutar de conversaciones banales, de que me traten como si fuera algo frágil, y tal vez, con suerte, la primera salida me confunde. Entonces pienso: ''Esta

La belleza (no) duele.

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La belleza duele, me dice una amiga. Y yo me río. Me enseñaron de chica que siempre me tengo que reír.  Ayer pensé en volver a vomitar la comida. También pensé en dejar de comer. También pensé en dejar de existir. No quiero vivir así. Quiero vivir. Pero no así. Le explicaría lo que siento cuando me miro en el espejo, pero hace tiempo ya que decidí dejarme de mirar. Le explicaría lo que siento cuando tengo que vestirme para salir, cuando empieza el verano y me humillan mis brazos para usar una musculosa, o cuando por fin decido salir pero habitar mi piel me incomoda. ¿Hace cuánto que no me siento cómoda en mi propia piel? Pero no le digo nada. Me acuesto llorando. Me despierto con los parpados inflamados. No recuerdo cómo se sentía ser feliz. Tal vez nunca lo supe. No recuerdo un día de mi vida en el que haya podido vivir tranquila. Quizás no lo tuve. Pienso en maneras de poder estar bien. Ya las intenté todas. El nudo en la garganta se acrecienta, y no me deja tragar

Verte triste (Agos)

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Verte triste es verme triste, como si nos conociéramos tanto que nuestros sentimientos fueran un reflejo. Y yo, sabiendo sobre tu tristeza, me desespero, porque ya te dije un millón de veces que estoy. Pero ¿Cómo hacerte saber que no estás sola? Si yo sé que las lágrimas actúan como mural, y que a veces, cuando el dolor nos inunda los ojos, es inevitable llegar a pensar que estamos solos. El resto está, pero no comprende. El resto no sabe lo que te está pasando por la mente o por el corazón. Entonces los demás están, cerca, al lado, pegados, sí, pero no dentro. Adentro sólo estás vos, y ahí, justo ahí en donde arde, los abrazos no llegan. Yo no sé qué sentís con certeza, es verdad. Pero me hago una idea. Y muchas veces no sé qué decirte, porque estar en tus zapatos ahora es difícil, y porque no existe ninguna manera de aminorar ciertas tragedias, ni quiero recurrir a palabras vacías que no sé si te van a sanar. Entonces te digo que ''Esto también pasará'', y casi

El puente que nos distancia

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De la gente que me quiso, existen algunas personas que me dicen que me siguen queriendo, a la distancia. Y yo, desde mi lado del puente intransitable que ahora nos separa, sólo puedo pensar en cómo puede ser posible que lo hayan cruzado si todavía me querían. La ecuación se vuelve simple. ¿Entonces por qué ya no están acá? De las dos veces en las que lo estoy por preguntar, borro el mensaje tres, si es que ese cálculo siquiera es posible. No sé allá, pero acá ahora hace frío. Y no sé por qué te estoy contando las condiciones climáticas de mi lado del puente si vos elegiste no estar acá para sentirlas. Tampoco para abrigarme. Pero cuando te llega algún rumor que te dice que estoy decaída, o alegre, cuando encendés la televisión y te enterás de alguna noticia deformada de mi vida, me localizás para decirme que me querés. "A la distancia", agregás. Como para que a mi me quede todavía más claro que no cerca, que no ahí, que no se me ocurra caminar en tu direcció

Lo que era

Estoy segura de que este café es el mismo café, ni siquiera los mozos cambiaron. Y sé que vos estabas sentado ahí, justo donde estás ahora. No sé cómo me hubiera sentido si nuestra mesa hubiese estado ocupada. Me voy a pedir el mismo desayuno que aquella vez. Quiero repetir cada escenario de aquella vez, porque aquella vez fue mágica. Hasta el día es igual por suerte. Hasta el día nos hizo el favor de repetirse. La lluvia inunda las veredas. Exactamente igual que la mañana que estuvimos en este mismo café.  Entonces, ¿Por qué lo siento tan distinto? Intento reírme parecido, hasta repito los mismos chistes, los mismos juegos para recuperar la complicidad que había. Trato de reavivar la pasión que se perdió y te acaricio la mano que dejas apoyada en la mesa, como hice el día ese. Ese día me miraste, me sonreíste, y yo temblé por tocar tu piel. Pero esta vez no soltás el celular.  Y yo te toco y no siento nada de eso que me supo hacer temblar. Repitamos entonces las conversacio

A mis ex

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Me pone re contenta ver que a mis ex Les está yendo bien en el amor Bueno, no tanto Me pone contenta Contenta hasta ahí Porque a mí no me va bien en el amor En realidad no me va Ni bien ni mal No sé hace cuánto no me siento mirada Y me olvidé de la última vez Que alguien me interesó Pero me pone contenta Que a mis ex les vaya bien (Solo a los que quiero, por supuesto Aunque a los demás  También les va bien) En realidad no tan contenta Solo lo justo y necesario Osea nada contenta Y no es que quiero que les vaya mal No es que los quiero devuelta Solo no me alegra tanto Ver que les va bien en el amor Porque si alguna vez dijimos "Juntos para siempre" Me parece injusto que me dejen Fracasando sola. Pero yo ya lo entendí Soy el paso previo A que los demás triunfen El paso previo A que conozcan a la que sí (Soy la que piensan que sí Por unos meses Hasta que llega la próxima Y esa era la que sí). No sé que estoy diciendo Esto no es un poema, ni un texto Ni un escrito Me aleg

El perdón que nunca recibí

Me despierto y ordeno mi habitación. Del desorden que dejaste en mi vida ya me hice cargo durante mucho tiempo. Sola y en silencio. Y ya lo organicé. Nunca tuve oportunidad de decirte nada. La única oportunidad que tuve fue la de correr lejos, y fue lo que hice. Para cuando me cansé de correr, miré hacia atrás, y por suerte ya no estabas. Pero eso no significa que no me haya quedado con palabras por decir. A veces, después de todo este tiempo, las sigo sintiendo como nudo en la garganta. ¿Es eso lo que siento en la garganta? Entonces me recuerdo que esas palabras siempre fueron en vano, y que si existió un momento para hacerte saber lo que me hiciste, ese momento ya pasó. Porque fue antes de correr. Y lo entiendo. ¿Entonces, que es lo que sigue en mi garganta? ¿Que es lo que duele ahí, y en todos lados, cada vez que veo una foto tuya, cada vez que me preguntan por vos? En mis sueños aparecés. También en mis pesadillas. Pero hay un sueño. Uno recurrente. Y sé que es sueño y no pe

Tu tacto💖

Me despierto y corro las cortinas. El sol está brillando; y pienso que le tengo celos, porque con sus rayos suele acariciar tu piel. En este momento debés estar desayunando; tus manos deben estar sosteniendo una taza. Sospecho que esa taza tiene la suerte que yo no tengo, y que daría lo que fuera por tu tacto. Pero tu tacto es desconocido para mí. Como no sé cómo es lo imagino. Y lo imagino suave. Tus manos, en mis sueños, son mucho más suaves que toda la aspereza que me rodea. Imagino a tu piel caliente, como un perfecto contraste a la mía, que siempre  está  helada. Porque en mis sueños nos complementamos a la perfección. Seguro ahora apoyás tus labios en la taza. Mi corazón se acelera y la impotencia me inunda. Yo no sé ni nunca voy a saber, a qué saben tus labios.  En un rato vas a salir para el trabajo, y te vas a cruzar con mucha gente. Y yo, a la distancia infinita que nos separa, solo puedo pensar en lo afortunados que son todos los que te rodean. ¿Sabrá el colectivero

Esta tristeza

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Mejor hoy salgan sin mí, le digo a mis amigas, porque hoy estoy triste. No, no. No es -esa- tristeza. No es la que se pasa cuando salgo, porque cuando salgo sigue encima mío. No es la que se me puede ir bailando o maquillándome, porque no puedo bailar si esta tristeza me pesa y me impide moverme, y porque no tengo energía ni siquiera para abrir la tapa del glitter. Hoy no tengo ganas de vestirme, ni de sonreir, ni de estar con gente. No, no es que no las quiera, no es que eventualmente no quiera estar bien. Es que hoy quiero estar mal. No sé mañana, tal vez mañana tenga ganas de enfrentarlo. Hoy no puedo. Ya sé que no es tan grave, mamá, que hay personas con problemas peores. Sí, no me los menciones, abuela, seguro son peores. Este es el mío. No es enorme, pero lo abarca todo. Y esta noche se siente igual de grave que cualquier otro que me puedas ejemplificar. No importa su raíz, ni por qué razón llegó. No interesa tanto la causa, que sé que no es terrible y que seguramente la sob

Pánico escénico

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Si existe la forma de evitarlo, no entro por la puerta principal. Callo todas las veces en las que todo me grita que hable, e intento pasar desapercibida, porque tengo terror de destacar. La mayoría de las veces observo y no me involucro. Me da miedo involucrarme, incluirme o participar. Cuando estoy sola en un lugar con mucha gente que no conozco prefiero mirar a la vida. Para vivirla están los demás. Un día agarré un cuaderno y después de haberme dedicado a la observación, desde el anonimato, empecé a escribir para que no se me olvidaran los detalles. Y de algún modo que todavía bien no comprendo, de alguna manera que todavía me atemoriza, logré justo lo que siempre busqué evitar. Destacar. Nunca quise ser quien estaba parado en el escenario. Algunos lo llaman pánico escénico. Prefiero el detrás de escena. El micrófono no lo necesito. La mayoría de las veces no tengo nada que decir, y si tuviera algo qué decir o tuviera que decir algo, no lo haría, porque no puedo. Nunca hab

Vacío incomprensible

No tengo ninguna metáfora para explicarte lo que siento. ¿Cómo se explica un vacío incomprensible? Lo que me duele es una ausencia. No de alguien, sino de algo. Supongo que eso es lo que duele, aunque en realidad no sé. Tal vez lo supe, pero ya lo olvidé. Lo que tengo está bien. Es aceptable. Las cosas están lineales. Mi vida sigue el curso de lo esperado. Y los problemas siempre son los mismos, o parecidos, así que molestan pero no sorprenden: Se me pierden las llaves, me confundo las calles y me pierdo, pienso demasiado en todo, y me quedo despierta hasta tarde perdiendo horas de sueño. Y a veces tengo terror de haber perdido la vida en alguna confusión. Hay algo que me falta, en algún lado o en todas partes. Y eso que falta lo abarca todo. Se aferró a mi cuerpo y viene conmigo a donde quiera que yo vaya o con quien quiera que esté. ¿Cómo se extraña algo que nunca se tuvo? Y si alguna vez lo tuve, ¿Cuándo fue que lo descuidé? No sé, no puedo responderme ninguna pregunta.