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Mostrando entradas de octubre, 2018

Te quiero💖

Te quiero porque viniste cuando hasta yo me estaba yendo, cerrando las puertas con llave y clausurando el salón permanentemente, porque no creía que hubiera refacción posible. Pero vos entraste, abriste las ventanas, encendiste las luces, y me hiciste dar cuenta que no era tan grave, que solo me faltaba saberme mirar, que no estaba rota, que existía para mi otra oportunidad. Te quiero porque llegaste cuando me iba a dar por vencida, cuando no encontraba belleza en mi reflejo y me creía invisible. Y me pensaba un caso perdido, pero vos me hiciste comprender que no lo era, que jamás lo había sido, y que estar lastimada no me transformaba en algo frágil, sino en alguien fuerte. Te quiero porque viste en mis grietas historias, y me hiciste sentir que jamás te aburrirías de escucharlas. Porque observaste en mis heridas humanidad, y me hiciste entender que era incluso dulce la forma en la que me expuse al precio de sufrir si de haber amado con todo mi corazón se trataba. Te quiero porque ap

Con vos

Con vos mis esperanzas se elevan y se destruyen en cuestión de segundos, pero lastimadas por el golpe siguen existiendo en alguna parte de mi. Esperan un indicio de que pueden volver a emocionarse, y cuando lo hacen sólo espero que sea por un poco más de tiempo esta vez. Me hacés desearte con una ilusión que no es adulta, y quizás yo tampoco lo sea cuando se trata de vos. Te espero con una paciencia que jamás se rinde, y quizás yo tampoco lo haga cuando se trata de los dos. Y con cada mínimo detalle tuyo mi corazón sonríe, y con cada ausencia tuya la decepción me destroza, porque no conozco grises si de lo que causás por acá se trata, porque ya me acostumbré a sentirte más que a nadie y a no pelear contra mi misma para cambiar esa realidad. Tal vez tu nombre provoque en mi tormentas, terremotos, temporales, tal vez nunca voy a sentir indiferencia hacia lo que provenga de vos. Con tan sólo un susurro de tus labios mi corazón tiembla, y el poder está en tus manos, porque soy frágil a tu

El día que me sucedas

Voy a sonreír más de la cuenta al despertarme, y a mirar un millón de veces el reloj. Me voy a bañar escuchando todas esas canciones con las cuales mantuve despierta esta ilusión en tu ausencia, y a sentir que el destino después de todo me escuchó. Voy a estar preparada temprano, y a pensar que el tiempo se toma su tiempo en pasar. Voy a salir antes de hora, y a caminar despacio para llegar cuando lo acordamos, (pero voy a terminar llegando antes igual). Voy a sentir cómo mi estomago me pasa factura de todos mis nervios, y a recordar que lo suelen llamar mariposas, y a reírme porque la espera interminable se volvió cuestión de segundos que nos separan del reencuentro, y del abrazo del cual sostuve toda mi fé. Me voy a quedar sentada aguardándote, y me voy a parar, y me voy a volver a sentar, hasta que te vea. Y todos esos nervios a los que suelen llamar mariposas, se van a transformar en calma, porque mi alma va a sanar: Me estás sucediendo, y estamos a punto de hacernos realidad. C

En algún cajón

Sé que todavía debes tener guardado en algún cajón el buzo que te regalé. Sé que ya no lo debes usar porque pasó de moda. Sé que mis cartas deben estar acumulando polvo en alguna parte de tu escritorio, o tal vez esta parte no es certeza sino un deseo profundo de que no las hayas tirado. Sé que tu mamá me debe nombrar de vez en cuando, espero que no te incomode, ojalá mi nombre no te recuerde a nuestros peores momentos, ojalá te hayas quedado con la dulzura del comienzo. Sé que te acordás de mis gustos, de mi fecha de cumpleaños, y tal vez todavía estoy agendada en tu celular, inclusive aunque nunca pienses en preguntarme cómo estoy, no te culpo, yo tampoco lo hago, soy un cobarde con miedo al rechazo. Sé que algún lugar te sigue trayendo a flote momentos que vivimos juntos, y que mi perfume te recuerda a mí cuando me olés en otra gente. Sé que existo, aunque sea en nimiedades, aunque sea en ese buzo que pasó de moda pero no te atrevés a dar, aunque sea en esa foto nuestra que sigue e

Un par de ojos

Un par de ojos te puede arrastrar para siempre a una inmensa soledad, porque después de experimentar la calidez de su mirada y la dulzura con la que se posaba en mi, me siento sola, y lo que me sobra es gente, ¿Entonces qué me está faltando?  Escribí un borrador el otro día en mi celular, mientras sobrevivía a la rutina, mientras me sujetaba del pasamano del colectivo deseando llegar a mi casa, mientras intentaba que no me lastime la frialdad de todos los rostros que te observan como si no estuvieras, pero no te miran. El borrador decía ''Rodeada de ojos con los que no puedo empatizar''. Me acuerdo que estaba en la línea 93, o en mi mundo, -siempre estoy en mi mundo-, porque desde vos no puedo sentir que realmente estoy donde está mi cuerpo: Yo estoy ahí, si, pero no estoy. Me muevo por inercia, y hago las cosas que se tienen que hacer, y digo las cosas que se tienen que decir, y sonrío para que nadie me pregunte que me está pasando, pero ahí no estoy, hace mucho que n