Reencuentro

Esta es la historia de un reencuentro que todavía no sucedió, que tal vez nunca lo haga, del cual necesito escribir para calmar mis miedos, esos que tengo cuando pienso en que quizás no vuelva a verte nunca más.
Va a ser febrero y tus ojos se van a tropezar con los míos en ese mismo viejo bar, los recuerdos me van a invadir y la emoción se me va a dibujar en la mirada, no voy a saber que decir, y entonces me saldrá sonreír, (sé que te gusta que lo haga), y vos vas a hacerlo también, ¿No?, porque... ¿Qué más lindo que serle recíproco a una sonrisa? El abrazo va a durar unos segundos, pero yo los voy a sentir eternos porque mi corazón va a detener el tiempo en ese instante, porque en mi imaginación el mundo va a dejar de girar mientras nuestros brazos están entrelazados, y va a parecerme casi falso, después de tanto soñarte, que te hayas hecho realidad, que todos los pensamientos que te dediqué se hayan materializado y seas de nuevo presencia, y te voy a apretar más fuerte, intentando que realmente el reloj se congele, porque sos vos, porque soy yo, y porque por fin estamos siendo.
Vamos a compartir un par de días que van a parecerme mágicos, te voy a tener al lado y voy a procurar esta vez no quedarme con nada guardado. Entonces te lo voy a contar, digo, me voy a armar de valor y voy a decírtelo todo. Que no deje nunca de pensarte, que a veces me daba por vencida pero que siempre te volvía a aguardar, que nunca me atreví a renunciarte porque siempre te creí la historia inacabada que merecía una secuela, que te dediqué millones de escritos que leyeron muchísimas personas que no conozco, pero que alguna vez sintieron algo tan fuerte por alguien que me entienden también, y que un 31 de julio predije que en febrero nos íbamos a cruzar. Que en algún que otro poema pensé en que ese día iba a haber sol, que en otro hablé de que sos mucho más que casual, y que en otro te llamé estrella fugaz. Te puse tantos apodos y tantas metáforas llevaron implícitas solo tu nombre... Te voy a decir que todo este año fuiste mi musa, y que probablemente te deseé tan fuerte, que por eso te hiciste realidad.
Esta es la historia de un reencuentro que todavía no sucedió, que es posible que nunca lo haga, pero alguien una vez me preguntó si no sueño con cosas imposibles, y acá estoy, entonces, soñando, porque ese debe de ser el motor de la esperanza, la batería de la alegría, el detrás de escena de cada milagro. Todo debe surgir de un sueño, de una idea absurda, y sé que a lo mejor me lastimo guardando dentro toda esta ilusión. Sé que puede que tenga que afrontar al destino, sé que escribir esto me generá una cuota de fe que por el momento no hace más que seguirme hiriendo, sé que tal vez es hora de entender que el pasado ya pasó. Pero es mi corazón, que te sigue teniendo presente, y él me dicta estas palabras, y él me dice que sueñe grande, que te haga poesía y que piense en un reencuentro que, tal vez, nunca suceda. Porque al amor no le importan las razones por las cuales no, y entonces, me aferro a la única razón por la cual quizás sí: Porque por acá se te extraña tanto, que sería un pecado quedarme por dentro con todo este amor.
Sol iannaci

Comentarios

Entradas populares de este blog

Día de sol

El último cigarrillo

Te quiero