Colectivos hacia el cielo
Me preocupa ya no ser tu preocupación. Saber que mi tristeza no tiene acceso a tus brazos. Me preocupa querer contarte todas esas cosas a las que sé que les prestarías atención, y después me sonreirías con simpleza y me dirías que "esto también pasará", y yo te creería, porque no hubo muchas cosas que no te haya creído.
Me preocupa ya no tener a nadie que me escuche de la misma manera, ni a nadie que se tome un colectivo si se entera que me estoy quedando sin respiración. Me preocupa que ya no exista quien me quiera como vos me querías, no por lo mucho o por lo poco, sino por la manera. Que ya no existan personas que sepan querer como vos.
Pero lo que más me preocupa es pensar que yo soy como vos. Y que por eso tengo que resguardarme. Que tengo que quedarme, porque hay algo que aprendí, que me enseñaste sin pretenderlo, y es a sentir parecido.
Me preocupa que no haya colectivos en el cielo, y que allá la gente se traspase sin tocarse. También que acá, después de vos, ya nadie sepa hacer café.
El día que te perdí todos estuvieron, como pudieron. Pero nadie puede como vos.
Cuando me enteré que nunca más me ibas a abrazar me quedé sin respiración. Y no hubo quien se tome un colectivo para abrazarme. Y no hubo ningún "esto también pasará" que yo haya creído, porque ninguno tenía tu timbre de voz.
Me preocupa que no existan colectivos en el cielo. O hacia el cielo. O hacia vos. Me preocupa que ya no haya medio de transporte que me acerque a tus brazos, y solo me tranquiliza una idea reconfortante: que allá la gente no se traspase. Que esta vida sea mi colectivo, y que después de todo, al final de todo, del otro lado de todo, me estés esperando vos.
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