Hasta que no te quieras

Me siento frente al espejo, y suspiro. Me vestí con lo que me hacía pasar desapercibida, porque hace mucho nada me hace sentir especial. Respiro profundo, me levanto, y me voy a trabajar.
Me comparo, a veces, con los rostros que hay en instagram, las vidas que veo en instagram, o las personalidades que muestran en instagram. Siempre quise ser la chica que en la fiesta cautiva la atención de todos y desprende seguridad en sí misma, pero siempre fui la que tenía terror a ser observada, o a entrar por la puerta principal. 
Me cuesta pensar que puedo gustar, y me es difícil comprender que justo como soy puedo alcanzar. Ya dejé de comer, ya hice dietas ridículas, ya soñé habitar otro cuerpo. Soy mi público más exigente, mi jurado más estricto, y, por mucho que intente, nunca me logro aprobar.
El otro día me dijeron que hasta que no me quiera nadie va a quererme, y me dolió escucharlo, porque yo sé que no es verdad. Hasta que no te quieras te van a amar con locura, una y mil veces. Van a ver en vos algo que vos no encontrás. Van a enamorarse de tu manera de hablar, de escuchar, o de tomar café. Van a pensar que sos único. Que sos distinto. Van a soñar conocerte, y a demostrarte, de muchas maneras, que importás. Pero nadie va a lograr que te quieras, porque eso es algo que nadie puede lograr.
Hasta que no te quieras pueden existir cien mil personas que te lean, que te escriban, que te admiren, que te sigan, o que sueñen con estar en tu lugar.
Hasta que vos no te quieras, el resto te va a querer, y vos vas a seguir viviendo como si no te dieras cuenta, o como si no te quisieras: vas a seguir viviendo deseando ser alguien más.

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