Soñarte

Hoy me desperté enojada, con vos, o con la vida, o conmigo, porque te volví a soñar. Sospecho que te hiciste socio vitalicio de mis fantasías, porque no importa cuánto intente esquivarte por el día, por la noche siempre ahí estás, recreando mis más profundos deseos, esos que ignoro, evito y niego, los que no quiero aceptar en voz alta que tengo mientras finjo superación. Pero por las noches no soy tan capaz, quizás porque me agarrás de imprevisto, dormida, sin tanta energía como para mentir: Es que resulta agotador tratar de ser tan fuerte. Y no sabés como me mirás ahí, es como si el universo entero existiera sólo para y por nosotros dos, no sabía que eras tan bueno actuando, pero en mis sueños me hablás con la dulzura con la que te recuerdo, y yo siento que todo se acomoda, y cuando despierto por al menos un instante pienso que lo que soñé, realmente sucedió. No quisieras saber lo que me duele el segundo siguiente, no sé como sobrevivo a ese pinchazo de realidad todas mis mañanas, cuando me doy cuenta de que nada fue verdad. Sólo sé que empiezo los días agotada, cómo si no hubiese descansado, o como si hubiera utilizado toda la energía que tenía, en comprender que solo fue un sueño.
Entonces este no es más que un pedido formal que realizo para solicitarte una sola cosa, y dejarte en paz, y volver a fingir superación: No me mientas en mis sueños. Es que yo no sé ya a quién pedirselo, porque mi cerebro no me escucha, entonces quería pedirte que dejaras de aparecerte, que dejaras de darme los besos más dulces del mundo, y me permitieras seguir convenciendomé a mi misma de que ya no me importás. No puedo seguir soñándote todas las noches, porque no te tengo por las mañanas, y no puedo seguir enamorandome de tus besos cuando el tacto no es real, entonces me enojo con vos, porque te compraste el cine y decidiste que sólo pasaría todas las noches una sóla película, y mirá que tengo muchos sueños, me encantaría por ejemplo soñar con que soy millonaria, pero lo único que mi cerebro idiota puede imaginar es que vos me besás, y entonces ya no entiendo por qué el, mi cerebro, se siente más rico con un beso tuyo que con todo el dinero del mundo, debe ser porque sigue pensando que te necesita, y sabe que con billetes no te compraría, entonces me besás, y te beso, y el mundo entero está a mi favor: Me levanto con una sonrisa y una paz sincera, y por tan solo un instante todo es perfecto, aunque no sea millonaria, porque te tengo. No quisieras saber cuánto me duele el instante siguiente, pero quizás no haya culpables, porque vos no te hiciste socio vitalicio, sino que yo, o mi corazón, te reservamos y regalamos el lugar.

¿Dónde demando entonces, a mi propio corazón, por daños y perjuicios? ¿O es mejor abrazarlo y decirle dulcemente, que ya no te invente por las noches, porque no te podemos tener? Ya te lo dije antes, pero por si no lo escuchaste, resulta agotador tratar de ser tan fuerte.

Sol iannaci