Asesinato o suicidio

Asesinato o suicidio - Sol iannaci
Jamás te culparía, porque fuimos los dos. Me llenaste a promesas que sabíamos que no podías cumplir, y yo las creí, porque necesitaba creerlas, porque estaba hambrienta de palabras dulces, porque fui partícipe necesario de tu crimen, que fue mentir. Todavía estoy intentando comprender si lo que me sucedió fue asesinato, o si fue suicidio, porque yo jugué a comprarte cada palabra, mi cuerpo me pedía que lo hiciera, aun después de todo lo que ya viví, aun sin ser nueva en esto. Lo hice con la inocencia de quién prefiere creer sin cuestionarse nada ni hacerse muchas preguntas, porque sabe que entonces encontraría partes que no encajan, pero no quiere encontrarlas, porque por ese ratito en el que cree, es feliz. 
Me acuerdo cuando dejé de creer en Papá Noél, y me acuerdo del tiempo anterior, cuando empecé a desconfiar de él. Fueron momentos diferentes, y los veo nítidos en mi mente como si el tiempo no hubiera pasado: Ahí estaba yo, o la que era en ese entonces, uniforme escolar, trencitas mal hechas porque jamás quería que me peinaran. Algo ya comenzaba a hacerme ruido en toda la idea de la navidad, algo me parecía irreal, algo se veía en un color falso, pero inclusive así y hasta que no me quedó otra alternativa, elegí no preguntar, no averiguar, y mirar para el costado contrario del cual yacían mis miedos: Porque yo amaba la navidad, amaba el concepto de que me venían a traer regalos, preparar la cartita días antes, y la magia que había en todo el periodo de las fiestas. Y entonces elegía creer, aunque no comprendía bien cómo funcionaba todo, aunque si me ponía a pensar y sacar conjeturas o si prestaba real atención a lo que estaba sucediendo podía descubrir que algo era falso, porque por dentro ya lo sabía, pero todos nos mentimos de vez en cuando. Elegía seguir creyendo por el tiempo que pudiera, hasta que la verdad se posara justo enfrente de mis ojos y me pidiera a gritos que la escuchara, porque tenía algo que decir, así como hizo eventualmente: Papá Noél no existe.
La verdad siempre aparece, siempre se termina plantando fuerte, y siempre termina aturdiendote para que le prestes atención. Y yo sabía bien, cuando confié en tus promesas, que sucedería lo inevitable, que alguien en algún momento me iba a despertar aunque no quisiera, aunque el sueño fuera mejor que la realidad. Porque todos tenemos que crecer, y creo que cada vez que alguna verdad nos sacude, lo hacemos, y todos nos volvemos un poco infantiles cuando jugamos a comprar mentiras, y todos de vez en cuando confiamos en algo que se ve falso, solo porque deseamos con todo nuestro corazón que sea real. Y yo quería que lo fueras, quería que tus palabras lo fueran, ¿Quién puede ser racional cuando el amor lo está guiando? ¿Quién quiere serlo?
Me acuerdo cuando dejé de creer en tus promesas, y me acuerdo del tiempo anterior, cuando empecé a desconfiar de ellas. Fueron momentos diferentes, y los veo nítidos en mi mente como si el tiempo no hubiera pasado: Ahí estaba yo, o la que era en ese entonces, vestido negro ajustado, alisado de peluquería porque te gustaba así. Algo ya comenzaba a hacerme ruido en toda la idea de tus palabras, algo me parecía irreal, algo se veía en un color falso, pero inclusive así y hasta que no me quedó otra alternativa, elegí no preguntar, no averiguar, y mirar para el costado contrario del cual yacían mis miedos: Porque yo te amaba, y entonces elegía creer, por el tiempo que pudiera, y hasta que la verdad se posara justo enfrente de mis ojos y me pidiera a gritos que la escuchara, terminando conmigo, así como hizo eventualmente. Todavía recuerdo sus palabras, sutiles pero fuertes, capaces de cortar la ilusión que te guardaba tan rápido como un arma de filo con un solo tajo terminaría con una vida: El amor no existe. Y por un segundo que se sintió eterno, juro que pude sentir que el cuchillo estaba justo en mi yugular, y que las manos que ahí lo habían clavado, le pertenecían a mi cuerpo, manchando mi vestido negro ajustado, de color carmesí.


Jamás te culparía, porque fui yo.
Suicidio - Sol iannaci.

Comentarios

  1. Sos magia Sol, gracias por todo lo que transmitis. Me das paz y me ayudas a ser fuerte. Juro que te amo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Día de sol

El último cigarrillo

Te quiero