Ella
¿Le contaste a ella? De mis uñas en tu espalda, de las botellas en el suelo, de tus besos en mi cuello, de la noche que parecía interminable y sin embargo, terminó. ¿Le contaste? De todos los me encantas, de las palabras dulces, de todo lo que dijiste que sentías mientras ella miraba fijamente el reloj, esperando que volvieras. ¿Le contaste de las promesas? Por un momento podría haber jurado que sentías algo por mi, que era real, que no ibas a ser capaz de volver a ella para fingir. ¿Sabrá algo de todo eso? Tus labios en mis hombros, mis gemidos en tu oreja, manos entrelazadas. Seguro no sabe nada.
Es que quién engaña, engaña a dos personas: A quién tiene al lado, y a quién esconde. Dos sufren al traidor. Y te creí porque tenés esa facilidad, tenés ese don, tenés esa manera. Vos hablás y el resto te confía, y yo no te imagine capaz de jurarle más nada a ella después de esa noche conmigo, pero ahora te veo mirarla, y la impunidad recorre tus venas, y no se ve en tus ojos siquiera una migaja de culpa o remordimiento, y te escucho decir que la amas, y quizás lo hagas, quizás sólo me mentiste a mi con tus sentimientos. Pero ¿Le contaste a ella? Y no solo de mis uñas en tu espalda: Quiero saber si le contaste la indiferencia que transmitía tu voz cuando me prometías que no la querías, y que a mi si, mientras nos usabas a las dos, sin merecer a ninguna.
Sol iannaci
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