Día del orgullo

Y si ellos nos miran (porque lo harán) sujetame un poco más fuerte, que ninguna voz me da más miedo que esa que me dice que puedo llegar a perderte. Y si ellos susurran o gritan (porque pasará) no los escuches, eventualmente, algún día, sé que se callarán. Dame la mano, y no me sueltes, aunque ellos nos juzguen, (porque nos van a juzgar), pero ningún golpe de ningún hombre me duele tanto como el tenerte que renunciar. A mi este amor no me duele, me duelen todos ellos, que me pretenden decir a quien tengo que amar. El otro día escuché en el colectivo que la gente como yo estaba enferma, intenté evitar sufrir, aunque en algún lado de mi quedo grabado, porque esa noche me soñé en un hospital. Y cuando se lo conté a mi abuela, bueno, me sentí un criminal. Un criminal confesando su mayor crimen, su homicidio, su delito, y mi delito era amar. Mucha gente ya no me habla, mi papá todavía no lo asimila, y a la casa de mi abuela ya no puedo entrar. Algunos me entendieron, sobre todo en estos tiempos, en los que las mentalidades de varios empezaron a cambiar. Pero el estigma sigue presente, y los ojos de todos cuando camino a tu lado se posan en nosotros, y nos quieren encontrar una explicación sobrenatural. Algunos dicen que Dios no nos avala, pero yo no puedo creer en ningún Dios que te castigue por querer. Algunos dicen que es algo que está en nuestra cabeza, que es hereditario, o que es anormal. Y yo sigo sintiéndome igual. Esto tiene que ser simplemente amor. Nada más que el amor puede lograr que te pares de la mano de alguien frente a un mundo que puede llegar a matarte por ser quién sos. 
Y si ellos nos miran (porque lo harán) prefiero seguirte queriendo, hasta que su Dios nos avale, hasta que su cabeza progrese, hasta que abandonen la herencia del prejuicio, hasta que querer, sea lo normal que tiene que ser. A mi este amor no me duele, me duelen todos ellos, que me pretenden decir a quien tengo que amar, y fracasan en el intento. El otro día me soñé en el hospital, pero no me sentía enfermo, me sentía vivo, y ahí al lado mío estabas vos.

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