Siempre el mismo final

Podría afirmarle a cualquiera que esto que siento lo desencadenó tu ausencia. Podría mentirles, a todos, y decir que lo que me duele es nuestro final, y no la repetición infinita e incesante de siempre, cada vez, todas las veces, el mismo final. Podría jurar que extraño tus besos, para no admitir la verdad: no había llegado a memorizar tus besos, no recuerdo su sabor, y no sé qué besos extraño. Quizás todos, o tal vez ninguno. Puede que esto que siento no sea un desamor, porque si fuese un desamor nada tendría sentido. Soy consciente de que lo que no existe no puede destruirse, ni desarmarse, ni desmoronarse: yo no te quise. No tuve tiempo de llegar a quererte. De hecho ni siquiera sentía que pudieras ser merecedor de mí. De hecho tu presencia no me llenaba y me sabía a poco, como las otras. Nuestra historia terminó antes de empezar.
Lo que me destruye es que todo siempre desemboque en el mismo lugar. ¿No fueron varias historias las que no llegaron a contarse ya?, ¿no me sucedió demasiadas veces que todo fue tan abrupto que mi ilusión se destrozó en un breve periodo de tiempo? Tal vez lo que siento sea frustración, cansancio o hartazgo. Ya vi esta película tantas veces, ya reiteré en tantas oportunidades la frase ''esta vez, tampoco'', que estoy aterrorizada. Vos sos una prueba más que abala la teoría que más me atemoriza: el amor para mí va a ser solo esto, siempre, cada vez, todas las veces. La antesala del comienzo que no comienza, y la pregunta que me queda en la garganta: ¿en dónde me equivoqué?
Podría afirmarle a cualquiera que te sufrí. Y después encerrarme en mi cuarto. Ponerme a llorar. Y pensar en lo evidente. No te conocí. ¿Cómo, entonces, podría sufrirte? Y llorar. Llorar por los diez o quince finales anteriores, por varios rostros diferentes que se unen y conforman uno, por diez o quince nombres que se me entremezclan cuando le cuento de vos a una amiga. Perdón. Ayer me confundí tu nombre con el del chico que me rompió el corazón en otro país. Y anteayer te llamé con el nombre de mi ex novio. Y no sé a quién estoy llorando. Perdón, quizás a todos, a ninguno, a cada uno, pero no a vos. Tal vez me estoy llorando a mí. Posiblemente me esté llorando a mí. Estoy segura de que lloro por mí. 
Me gustaría enamorarme. Pero no de vos. 
Me gustaría enamorarme de quien se diferencie. Y vos para mí sos ellos, todos ellos otra vez.
Me gustaría enamorarme y no tener que preguntarme nunca más en dónde es que yo me equivoqué.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Día de sol

El último cigarrillo

Te quiero