Me voy

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No lo envío. Porque... ¿Lo entenderías? ¿Lo querrías entender? ¿Sería un alivio para esta masacre que el causante lea las partes de mi que destruyó? 
Si fuiste vos. Si estabas ahí. Si, aunque no te hayas dado cuenta, eso habla más sobre tu irresponsabilidad a la hora de relacionarte con otras personas, que de una simple torpeza. Si no tengo que volver hacia vos. Si el daño ya está hecho. Si aunque asumas la culpa jamás tu consciencia va a poder destrozarte como lo que hiciste me supo destrozar a mí.
¿Tiene sentido gritarle al villano que es villano? ¿Existe algún cuento de Disney en dónde alguien se siente a decirle al malo que está mal hacer el mal? ¿Es mi trabajo encargarme, no solo de este dolor, sino también de tu moral? ¿Te quitaría el sueño que te repita todo lo que ya deberías saber?
No se si me lastimaste adrede. Lo que si sé es que no te importó si podía suceder. Que pensás en vos y actuás de acuerdo a tus deseos, sin preocuparte por nadie más. La posibilidad existía y la asumiste. Y que te hieran porque les da lo mismo duele todavía más. 
No lo envío. Desaparezco. Corto todo contacto. No respondo nunca más tus mensajes. Porque, lo sepas o no, en mi historia sos el villano. Pero te sobreviví.
Y nadie podría recomendarle a caperucita roja que se adentre en el bosque para sentarse frente a frente con quien por poco la mata, y decirle al lobo que, ni está bien engañar a la gente, ni estuvo bien en quererla comer.

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