Pequeños gestos de amor

  Cuando yo era muy chica mi mamá me contó la historia de cómo murió mi abuelo. Y me expresó con mucha humillación que ella se había peleado antes de que falleciera. Nunca le pudo pedir perdón.
Yo no le contesté nada. No sabía qué decirle El tiempo pasó, crecí, comencé a escribir, y publiqué un libro. En él la protagonista pierde al padre luego de una gran pelea. Busqué describir esa humillación, analizarla, despedazarla, desarticularla y después erradicarla del cuerpo de Jazmín. O del de mi mamá. 
Y se lo regalé.
Lo único que se me ocurrió es hacerla sentir comprendida. Tomá, má. Jazmín se sintió como vos. Espero que la leas y entiendas que el padre la amaba.
Es un pequeño gesto, tarde, pero seguro. Mi manera de decirte que te escuché, aunque era chica. Y que por muchos años, inconscientemente, pensé en la respuesta correcta. En maneras eficientes de aliviar tu dolor.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Día de sol

El último cigarrillo

Te quiero