Exponer a la felicidad

Estoy asustada de exponer cualquier motivo de felicidad. Asustada de verdad. Aterrorizada de sonreír en frente de un mundo que no me quiere ni tan sonriente ni tan contenta. Estoy atemorizada de decir en voz alta que tal cosa me salió bien, o que tal otra es un plan muy posible a futuro, o que alguien me quiere sano, o que estoy queriendo a alguien con todo mi alma y que el universo todavía no se empeñó en destruir mi ilusión.
Y antes me encantaba hacerlo. Antes creía, honestamente, que el mundo entero tenía mi mismo corazón. Entonces gritaba que estaba feliz. Lo cantaba. Lo mostraba. Hacía a todos participar de mis logros, metas o proyectos. Pero ahora a todos yo les tengo miedo.
Y cuando digo miedo, sé bien que palabra estoy usando. Siento terror. No puedo explicarlo, solo sé que ahora oculto del mundo cualquier indicio de alegría que se me presente. Lo protejo de la gente como si esa protección lo fuera a salvar. Y quizás lo haga. Ahora entendí que estar bien es frágil, y cualquiera fácilmente lo puede quebrar.
Siento terror. Realmente lo siento. Cada vez que mi inocencia quiere esbozar una mueca sonriente, le pido por favor que no lo haga, que no todos son tan inocentes, que la gente no te quiere ver tan bien como proclama.
Y de verdad, jamás en mi vida estuve tan asustada. No es exagerado, ni lo digo sin saber de lo qué hablo. Me acuerdo todavía cuando mi papá me decía que no había monstruos en el placard. Entraba a mi cuarto, abría la puerta del mueble, y me decía "¿Ves? Nada". Y yo pensaba "Así no funciona, papá. Los monstruos se esconden para atraparte".
No los veo. Pero a diferencia de cuando era chiquita, y sabia, en el fondo, que mi imaginación me estaba jugando una mala pasada, entonces hasta una sábana  me hacía sentir protegida, ahora estoy segura de que los monstruos existen y están. Entonces le bajo el volumen a mi felicidad, y la comparto solamente con la gente que en mi vida cumple el rol de la sábana que protege. Porque ahora, quiero menos que nunca saber qué se esconde dentro del placard.
placard.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Día de sol

El último cigarrillo

Te quiero