Viajar solo

Nada te prepara para viajar solo, excepto viajar solo. Armás las valijas sin saber qué va a pasar, y después te encontrás entre medio de mucha gente con la cual a veces no compartís siquiera el idioma. Pero lo primero son las valijas. Las llenás de cosas que jamás creíste necesitar, y si te sos sincero, ahora tampoco lo hacés, pero el noventa por ciento de tu equipaje se llama ''por las dudas''. Por las dudas un abrigo al caribe. Por las dudas una malla a la montaña. Por las dudas remedios, y una remera térmica. De pronto nuestra valija es justo lo que nuestra mamá nos hubiera preparado para ir al campamento en primaria. Y está bien así. Después te das cuenta que a veces las cosas más random te terminan salvando.
Entonces llegás al aeropuerto, o a la terminal de micros, o al puerto, tres horas antes, o cuatro, aunque te dijeron tres. Check in online, valijas despachadas, control de equipaje, y subís solo. No. No se te va a sentar el amor de tu vida al lado. Tampoco importa. Estás por hacer el viaje de tu vida, pase lo que pase en él. ¿Nunca escuchaste eso de que todos tenemos que viajar solos alguna vez? Todos deberíamos ir al cine solos alguna vez también. Todos deberíamos de aprender a convivir con nosotros mismos, pero no en la rutina, ni en nuestro hábitat natural, ni en el terreno seguro. Porque en esos lugares ya nos conocemos. Y normalmente ahí no nos valoramos tanto. No nos damos cuenta de cuánto nos necesitamos hasta que estamos completa y absolutamente solos.
Los primeros días, probablemente dos, no te vas a desenvolver tan bien. Pero el punto asombroso es que tenés que hacerlo. Tenés que hacerlo para conseguir -ese- adaptador que te olvidaste, y tenés que hacerlo para comer, para hacerte entender con el uber, o para saber en qué estación de colectivo te tenés que bajar. Y si sos vergonzoso, como yo, es perder la vergüenza de ser quién habla o nada. No lo pactás. Simplemente la perdés. Y cuando inglés como idioma universal no es posible con alguien, llegan las señas, o disminuir la frecuencia de las palabras creyendo ingenuamente que así un Francés puede entenderte. Da igual. Te vas a hacer entender. Porque estás sólo y es la única opción que tenés. Y después vas a pensar que ahora vas a ganarle a cualquiera en el dígalo con mímica. 
Vas a conocer gente increíble, y a valorar a la gente buena muchísimo más que si estuvieras acompañado. Vas a mirar, observar y apreciar el paisaje, y las costumbres del lugar, y a ser curioso sobre las cosas más simples volviéndote todo un experto de la historia y la geografía del lugar, porque no tenés que conversar con tu familiar o tu amigo y entonces se vuelve entretenido. Vas a pensar menos en lo bien o mal que salís en las fotos. Total nadie va a sacarte treinta. Es la primera que le pedís a alguien, o no es ninguna.
Te vas a encontrar. Vas a disfrutar de tu compañía. Vas a darte cuenta de que tu mente es muy graciosa (que vos sos muy gracioso) cuando te prestás atención. Vas a estar bien, porque esa frase cliché sobre que somos nuestro propio sostén tiene toda la razón del mundo. Y no sé cómo vas a volver, porque todavía no lo hice: Pero supongo que distinto.


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