Mejor persona

Hice cosas horribles. Todas esas que creí y presumí jamás hacer. Me comporté mal, pagué con la misma moneda, ¿Con que otra debería pagar? No siempre fui buena, yo también hice el mal, y merezco estar en algunas listas negras, ¿Pero por qué se siente tan bien si está tan mal? Y es que hice cosas horribles a quienes me hicieron cosas horribles, y sé por quién merezco ser odiada, y sé que no fui "mejor persona", pero ¿Por qué no me arrepiento de nada? Y es que sigo creyendo en que lo que hice no se hace, y sigo siendo la misma incluso después de todo, pero dejé de dar respeto donde sólo recibía a cambio maldad.

Y quizás no esté bien ser igual a quién te lastimó, pero después de jugar tanto tiempo al papel de ilusa y crédula, ya no creo que lo correcto sea ser mejor. Es que sigo siendo la persona más honesta que existe, hasta que traicionas mi confianza, hasta que no merecés mi mejor versión. Es que a base de decepciones aprendí a dar más a los que se merecen más, y a reservarles mi amor. A dejar de darle al resto lo mejor que puedo dar, de aguantar el golpe, de lastimarme para no lastimar.
"El dolor te cambia" leí por ahí. El dolor te hace más fuerte. El dolor te mejora. El dolor te sacude, te despierta, te enseña a hacerte respetar por quién nunca respetó.
"Como te amás a vos mismo, es como le enseñás al resto a amarte" dicen todos. "Como amás al resto, es como les enseñás a amarte" le agregaría yo. Y es que así me enseñaron a amarlos. Y es que ya cansada y herida, elegí dejar de regalar amor. Ya harta del "ser mejor persona", elegí ser similar. Porque si al otro le dolería recibir algo, no lo daría. Y si lo hace igual, no merece nada más que lo que dió.
No sé si me hace mala gente, pero me hace sentir mejor. Y no es a modo de venganza, castigo, revanchismo, ni resentimiento, es para salvaguardar a mi corazón, que ya después de tantas traiciones está cansado de poner la otra mejilla, de ser "mejor". No sé si alguien pensará que me vuelve como el otro, pero yo no doy nada que no me den. Yo no soy quién traiciona a quién me quiere, yo sólo traicionó a quién me traicionó. Y no es por odio, es solo por cansancio. Cansancio de coser mis heridas mientras me duele ver al otro mal, porque así soy yo. Cansancio de comportarme bien con incluso la peor persona, porque así soy yo. Cansancio de sentirme usada, ilusa, ingenua, de seguir regalando perdones, de seguir creyendo que todos tienen mi corazón. Cansancio de quedarme sin amor para la mejor gente, de gastar mi energía en quién no lo vale, de confiar y salir lastimada, de seguir cuidando a quién destruyó todo a su paso, y nunca me cuidó.
Entonces me guardo para mí y para los que lo valen, y puedo llegar a amar a quién me ama mucho más y mejor. Pero si alguien ya no lo vale, o si nunca lo valió, soy equitativa y devuelvo lo que dió. No quiero hacer sufrir a nadie, sólo quiero dejar de sufrir yo. Dejar de desarmarme por preservar mi buena imagen, por no ser parte de la lista negra de un traidor. Dejar de dar todo de mí, de jugar limpio, de amar bien, de ser mejor para el peor.
Hice cosas horribles. Y se sintieron justas. Y quizás alguien opine que yo no soy quién para darle a cada uno lo que merece, para juzgar a los demás. Pero ese alguien tampoco es nadie para juzgar, y por suerte, ya hace rato no me importa lo que opinen sobre mis acciones todos los demás.

Hice las mismas cosas horribles que me hicieron, y solo a quienes me las hicieron, y puedo dormir tranquila, defenderme no me sacó el sueño. Ser un rato quién no soy, no me hizo sentir distinta. No ser siempre mejor persona, me hizo sentir mejor.

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