Esta noche

Si mis uñas estuvieran apenas clavadas en tu espalda, recorriéndola con vehemencia, y si una de tus manos, las que nunca toqué, estuviera en mi cuello, apretándolo justo lo suficiente. Si mi cuerpo estuviera semidesnudo en el sillón rojo que tenés en el living, con la respiración agitada, aunque lo del sillón lo estoy presumiendo, y si el tuyo estuviera encima del mío, hasta que la tensión aumentara y yo me aburriera de que lleves el control. Si mis ojos estuvieran fijados en el ventilador que cuelga de tu techo, aunque no tengo idea si tenés un ventilador, ni sé cómo es tu living, y si el corpiño de mi conjunto de encaje negro estuviera en tu piso de madera, junto a las latas de cerveza, si es que el piso es de madera, si es que no elijo el conjunto rojo, si es que no estamos tomando vino. Si mi cartera estuviera en el mueble que tenés al lado de tu biblioteca, si hay un mueble, o simplemente tirada al lado de la biblioteca, porque después del primer beso todo lo hubiésemos hecho como si no tuviéramos tiempo de pensarlo, como si no tuviéramos que pensarlo, o como si no pudiéramos esperar más tiempo. Si tus labios estuvieran sobre la rosa que tengo tatuada, que nunca viste en persona, por supuesto, pero que sé que en fotos, si no estoy inventándolo todo, te llamó la atención, y si me estuvieras mirando como si mis curvas te apasionaran, y yo disfrutara de verte así por mí. Si los dos estuviéramos a punto de dejar que suceda todo lo demás, total ya nos arriesgamos, y si yo estuviera un poco borracha, lo suficiente como para haberme atrevido a dar el primer paso que vos nunca vas a dar porque no debés hacerlo, (me rehúso a pensar que no querés hacerlo)... Entonces esta noche, nos conoceríamos mejor.

Pero sólo (nos) estoy suponiendo.

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