Mirandote

Mirándote
Y a veces, cuando estamos juntos, me quedo mirándote, intentando descifrar cuánto me vas a doler después, cuando seas un recuerdo más. Es que ya pasé por muchos corazones, juré amor, confié en un para siempre, y me di cuenta una y mil veces que lo único eterno es lo temporal. Ya miré a muchas personas, me arriesgué yendo al frente sin pensar en nada, quise sin tener en cuenta lo que me iba a lastimar, pero la vida me fue cambiando, ahora estoy más responsable, más adulta, ahora sé que no se puede vivir en fantasías y después caer a la realidad, porque cada uno de esos golpes me hizo creer menos. 
Mi perspectiva sobre las relaciones cambió, ahora las veo como algo que empieza y termina, entonces cuando te miro intento descifrar cuánto me vas a doler. Cuánto me va a doler alejarme de vos cuando llegue el momento, cuánto te voy a querer en ese entonces, cuán difícil va a ser. Tengo las defensas en alto, no son tiempos para salir al amor desarmado y desprevenido, no sin saber si lo que hay afuera vale ese riesgo. 
Y quizás algún día de estos baje esas defensas, quizás vuelva a olvidarme de que las cosas tienden a terminar, como hacemos cuando disfrutamos algo de verdad. Pero por ahora prefiero mirarte y pensarte como un momento, por ahora prefiero proteger a mi corazón. Es que cuando llega el momento de una desilusión yo soy fuerte, la más fuerte, salgo adelante y me reconstruyo cómo si nada me hubiera afectado, lloro un día y al siguiente me prometo ser valiente y afrontar la ausencia que me toca.
Pero es mi corazón. El no es tan fuerte. Él ya no sabe confiar ni latir como antes, él ya no quiere que la realidad lo sorprenda por ingenuo, él ya no quiere mirar a nadie e incluirlo y proyectar un para siempre, que después no dure más que un par de meses. Y a veces, cuando estamos juntos, se queda mirándote, intentando acostumbrarse a tu futura ausencia, tratando de descifrar cuán difícil va a ser sobrevivirla y cuánto dolor puede tolerar, para saber hasta donde se puede arriesgar a confiar.
Voy con cuidado, pero al fin y al cabo, cada día que te miro, puedo jurar que me doy cuenta de que el final me va a doler un poquito más que lo que predije el día anterior.
Sol Iannaci 

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