Te vas
Y te vas. Te
vas otra vez, como siempre hiciste, como siempre haces.
Te vas porque
sabes, quizás inconscientemente, pero sabes al fin, que te espero al lado de la
puerta, con las llaves en la mano, y una sonrisa para darte. Sabes que estoy,
que siempre estoy. Y yo se que vas a volver, siempre volves. Volves y sé que es
momentáneo, pero igual te dejo entrar, porque durante el tiempo en el que
estas, todo se parece acomodar. Te volviste indispensable, aunque seas
temporal. Como esa gente que nunca termina de pertenecer, pero nunca se llega
realmente a ausentar.
Y quizás un
día de estos, me haga fuerte, y decida tirar las llaves y jamás volverte a
dejar pasar. Quizás tus idas y vueltas me hagan más daño que lo que me
provocaría vivir sin las migajas de amor que me das. Quizás deje de recibirte
con un abrazo, quizás busque por otro lado cariño de verdad. Pero por ahora,
vení. Que te espero con un café, con un par de besos, y con la consciencia de
quien ya te conoce y sabe que no importa lo que digas, siempre te vas.
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