Cansancio
El cansancio
lo asociamos con la debilidad. Uno se cansa porque no tiene más fuerzas, porque
está exhausto, porque ya luchó. Pero existe otro cansancio, uno que nos hace
bien. Cansate del dolor. Ese que llevas como una mochila en tu espalda, que no
te deja hacer las cosas que querés hacer, que no te deja decir lo que querés
decir. Cansate de llorar una y otra vez por la misma razón, cansate de
guardarle un espacio tan importante de tu mente a un tema que solo te causa
tristeza, cansate de estar mal. Cansate de deprimirte solo por recuerdos, por
cosas que no fueron, por relaciones inconclusas. A veces que se te terminen las
fuerzas es una buena señal, porque hay pesos que no tendrías que estar
soportando encima. Hay penas que ya no te pertenecen. Hay miedos que existen
solo en tu cabeza. ¿Quién te hizo creer que eras poca cosa? ¿Por qué crees que
merecés estar mal? ¿Quién te dijo que si las cosas se daban distintas iban a
ser mejores? ¿Por que decís que la felicidad no era para vos? Liberate de todo
ese dolor que fuiste acumulando y que se volvió enorme, porque ya no es tuyo, y
es más que lo que tu cuerpo aguanta. Vos no sos lo que te hicieron sentir, vos
sos más que cada una de tus inseguridades. Ojalá te canses de estar triste, y
ya no sientas fuerza como para seguir tolerando nada que te impida ser quién
sos. Ojalá sonrías sin culparte ni sentir que no lo mereces. Porque vos no sos
lo que te asusta ser, ni lo que te dijeron que eras.
Y
ahora qué sabes todo lo que no sos, anda y descubrí lo que sos. Descubrite. Descubrí
todo eso bueno que tenés, que hace que la gente te quiera, y querete por esa
misma razón. Que cuando te quieras, va a seguir habiendo días donde te cueste,
pero nunca más vas a volver a verte de la misma manera. Porque ya sabes que te
mereces amor, y que el que te des vos mismo, siempre va a ser el mejor
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