''No estés mal. Solo podemos hacernos cargo de lo que hacemos. Y de lo que hacemos, a veces, tampoco." Soñé que me decían. Pero en realidad me lo dije. Me lo dije a mí misma, cuando lo soñé.
Vivo caminando con la mochila demasiado pesada. Pido perdón más de la cuenta, disculpas en todo momento, y si el problema es del otro conmigo, me lo apropio yo.
Los errores no me los disculpo nunca. Más bien los cargo atrás, como castigo. 
Pido perdón más de la cuenta, pero yo nunca me lo acepto. O, tal vez, no me lo aprendí a pedir. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Día de sol

El último cigarrillo

Te quiero