Esto también pasará

Leí una frase: ''Tus ojos no pueden saberlo todo''. No pueden, ni aunque intenten, pronosticarlo todo. No pueden, ni aunque quieran, predecirlo todo.

No podés saberlo todo.

A veces me da terror que mi futuro no sea nada, excepto más de este presente. Porque este presente no me gusta.

A veces me convenzo de que sé lo que va a pasar. De que sé que no va a pasar nada de nada. Que todo, en cada aspecto, va a ser así para siempre.

Y me asusto.

Porque así no lo quiero.

Pero leí una frase que tenía anotada en una libreta vieja.

''Tus ojos no pueden saberlo todo''.

No es mucha esperanza, pero me genera perspectiva.

Me hace pensar que existen periodos de transición, en los que todo parece ser monótono, rutinario, estático, en los que la vida no sorprende. En los que las cosas todavía no tomaron forma, y nos encontramos en un lugar en el que no nos sentimos cómodos porque es proceso, y no resultado. Pero que son de transición por estar llevándonos a algún lado. Y que hay que aprender a existir en ellos sin tener miedo de que se eternicen.

Porque la vida no siempre va a ser así.

Lo bueno de que la tristeza sea avasallante, agotadora, y llegue de pronto, cuando no la estás esperando, con la fuerza necesaria como para poner a tu mundo de revés en un segundo, cuando jamás te lo viste venir y creíste que todo iba a permanecer estático: es que las buenas noticias también.

Tus ojos no pueden saberlo todo. Y a veces es necesario recordar lo que se nos suele olvidar: lo que rogaste por años puede llegar un martes cualquiera a las tres de la tarde.

Tus ojos no lo pueden ver todo.

Y si hoy te convenciste de que nada jamás va a cambiar, yo te prometo que sí.

Porque hoy yo me prometí a mí misma que sí.

Y vos y yo, al fin y al cabo, no somos tan distintos.

Sol Iannaci