Olvidarme de vos
Le recé muchas veces al destino por nuestra reciprocidad, aunque pueda parecerte mentira. Rogaba porque funcionáramos de alguna manera, en algún tiempo, incluso si tenía que ser muy lejano. Estaba dispuesta a esperar. Pero ayer a la tarde, acurrucada a un costado de mi cama, sabiendo que tenía media hora antes de tener que irme a trabajar con esta tristeza encima que me estanca, clavando mis uñas en mis muslos para que el dolor me impidiera seguir con la vista fija en la pantalla del celular, por saber bien que cada vez que se ilumina no es porque vos me concedés la respuesta que estoy aguardando, inmóvil, petrificada, sin ganas siquiera de llorar, deseé casi susurrando, que todo terminara. Y un pensamiento me invadió la mente y se convirtió en una certeza: No lo merezco. No me merezco este destrato. No me merezco esta ansiedad. No me merezco los mensajes al vacío. No me merezco los pensamientos de insuficiencia. No me merezco cargar con la culpa encima para no perderte. No cuand