Vivo corriendo
Vivo corriendo para llegar tarde a todos lados, y siempre me faltan cinco para el peso, o cuatro, o tres. Intento equilibrar todos los aspectos de mi vida, pero me siento como si estuviera tratando de sostener arena con mis manos, que se desliza por entre medio de mis dedos, y algo se cae otra vez. Cuando acomodo algunas cosas las demás se desarman, y cuando termino con lo último, tengo que volver a empezar con lo primero. Entonces siempre acomodo y nunca descanso, y ya no sé para qué corro, si al final nunca llego. Si el proceso es eterno. Si cuando en algo me saco diez, en lo otro desapruebo. Si ya me cansé de este ciclo infinito de tratar de tocar la perfección, porque la perfección se aleja cuando estoy llegando, y los demás, siempre orgullosos, me dicen que me admiran y qué se yo. ¿Qué es lo que admiran? Si en algún rincón siempre me caigo. Si cuando apruebo veinte parciales me olvido de ser amiga, si cuando soy buena amiga descuido mi cuerpo, si cuando mi cuerpo está como a