Mil y una casualidades
La vida tiene una extraña forma de desentrañarse ante tus ojos, y el tiempo una rara forma de pasar. Por meses, por años, nada sucede, y después, en tan solo un segundo, el mundo se da vueltas. Una mirada, una sonrisa, eso basta para todo cambiar. Te perdés en otro, te encontrás con tu versión más real. Y todo parece casual, pero fueron esas mil y una casualidades, esos mil y un detalles insignificantes, los que te hicieron aterrizar enfrente a un corazón como el tuyo, un amor como el tuyo, a la misma hora, el mismo día, en el mismo lugar. Y después, después de experimentar ese tipo de conexión conocer esa clase de comunicación... Después de algunas personas que simplemente encajan con vos, coinciden con vos, después, todo a tu alrededor es vacío, y notas que la gente te escucha pero no te entiende, te mira pero no te presta atención. Después de ciertas causalidades, todo el resto parece cobrar sentido, todo te llevó donde te encontrás hoy. Una mirada, una sonrisa, y descubrís a alguien que en cuestión de segundos te hace sentir lo que nadie hizo jamás, que te comprende sin esforzarse, hay gente con la que simplemente conectas, coincidís en cuerpo y alma, te devuelve la vida, entendés que se siente cuando el corazón elige, y la cabeza se desconecta por un rato y deja de pensar.
Fuiste mi causalidad más linda, y hubo mil y una casualidades que te hicieron pasar. Entonces, creo en que la magia existe, que lo imposible se puede dar, que si la vida así lo quiere, algún día, nos va a volver a juntar. Ignorante el que se niega a creer en esas mil y una causalidades, en todo lo que previo a un encuentro tuvo que suceder de cierta forma, y no de otra, para nada alterar. Ignorante el que no cree que todo pasa por algo, que lo bueno no se repite, que es mejor no soñar. Sos mi causalidad más hermosa, sos lo que llegó después de esos miles ínfimos detalles que te hicieron haber estado acá, y ahora, otra vez sóla, no se si sufrir y pensar que lo que el destino te da con una mano, con la otra te lo quita, o si ser feliz porque, por al menos un segundo, sucediste, y rezar que volvamos a pasar. Es injusto, lo sé, que la vida te presente el paraíso que no podés tener, es injusto, que la razón se esconda cuando el amor toca la puerta, que el tiempo sea relativos, que en días puedas querer a una causalidad. Una con los ojos más lindos que ví, entre tantas casualidades, que ni vienen ni van.
Fuiste mi causalidad más linda, y hubo mil y una casualidades que te hicieron pasar. Entonces, creo en que la magia existe, que lo imposible se puede dar, que si la vida así lo quiere, algún día, nos va a volver a juntar. Ignorante el que se niega a creer en esas mil y una causalidades, en todo lo que previo a un encuentro tuvo que suceder de cierta forma, y no de otra, para nada alterar. Ignorante el que no cree que todo pasa por algo, que lo bueno no se repite, que es mejor no soñar. Sos mi causalidad más hermosa, sos lo que llegó después de esos miles ínfimos detalles que te hicieron haber estado acá, y ahora, otra vez sóla, no se si sufrir y pensar que lo que el destino te da con una mano, con la otra te lo quita, o si ser feliz porque, por al menos un segundo, sucediste, y rezar que volvamos a pasar. Es injusto, lo sé, que la vida te presente el paraíso que no podés tener, es injusto, que la razón se esconda cuando el amor toca la puerta, que el tiempo sea relativos, que en días puedas querer a una causalidad. Una con los ojos más lindos que ví, entre tantas casualidades, que ni vienen ni van.
Comentarios
Publicar un comentario