Bajar mis defensas

''¿Podría ser este un buen lugar para bajar mis defensas?''
¿Está bien si en tu nombre, por fin, no encuentro peligro alguno? ¿Hago bien estando desnuda frente a tus ojos? Y no hablo de esa desnudez, hablo de otra, hablo de todo lo que te dije en esa carta, de haberme expuesto como nunca antes y de que por alguna razón, me siento cómoda en esa exposición. ¿No me equivoco en sentirme a salvo? ¿Por qué ser frágil con vos, me hace sentir así de fuerte? Es que nunca lo hago, nunca me dejo ver de esta manera, nunca expreso mis emociones de forma tan clara porque siempre vivo con la cobardía de impedir que me destruyan, y ahora vos podrías destruirme, podrías solo con un susurro, ¿Por qué no me molesta? Creo que incluso sonreiría si decidís hacerlo, y me pondría contenta de haberme arriesgado una vez en mi vida a que me lastimen. Creo que disfrutaría de ver que se siente, y te agradecería la nueva experiencia. Estoy completamente desnuda frente tuyo, y se siente bien, se siente como si así fuera como tiene que ser.

Una vez leí que el dolor es más fácil de ser escrito, y eso es verdad, por eso me destiné a redactar sobre él, por la comodidad que te da saber exactamente lo que buscas decir y cómo querés hacerlo, pero es que yo ya no quiero sentirme segura en el dolor, y sobre vos también vale la pena escribir, aunque no encuentre jamás las palabras correctas, aunque sea como estirar una sábana que no alcanza a cubrirte los brazos o los pies y siempre me termine quedando corta porque el amor es el sentimiento más complicado de describir, ¿O lo complicamos nosotros? Queriendo expresar las cosas de otra manera, para que no suenen como si el otro nos importara tanto, para que no parezca que estamos involucrados con algo, para que nadie se de cuenta que somos humanos y que nos preocupamos por otros humanos.

Y sabés, las cosas entre nosotros siempre fueron complicadas, pero no por vos y no por mi, y sobre eso me harté de escribir: Ya hice textos sobre lo difícil que es cuando dos personas se quieren y no se pueden, sobre lo cansador que es extrañar, sobre lo horrible que es poner tus expectativas en un lugar que quizás sea imposible, sobre lo triste que es no estar seguro de si el destino existe o si solo tenemos que sentarnos a esperar que alguna gran casualidad nos vuelva a acercar o nos distancie para siempre, y todo eso me duele, pero vos no. Vos sos en lo único que pienso entre este lío de dificultades para sentirme tranquila. Por vos me arriesgaría, o tal vez ya me estoy arriesgando, tal vez lo más difícil era decirtelo todo justo como lo pienso, sin filtros ni suavizantes, ¿Por qué no me siento lo débil que realmente estoy? Se que tenés el arma para herirme pero no tengo miedo de que dispares, y puede ser que me equivoque, pero nunca me pasó esto: Nunca estuve tan segura de que el otro no iba a ser irresponsable con mis sentimientos. Y mis sentimientos nunca confiaron tanto en que el otro los iba a cuidar. 
Yo también quiero cuidarte, o cuidarnos, y también soy nueva en esto. Nunca intenté proteger algo del mundo entero con tanta vehemencia. Nunca estuve tan segura que el amor no es un circo ni necesita aplausos y que nadie más necesita saber absolutamente nada, de hecho los quiero lejos, los quiero lo más alejados posible porque esta vez nadie lo va a arruinar. Y sé que ellos sospechan, intuyen, y divagan, pero no saben, no tienen idea, y está bien así.
''¿Podría ser este un buen lugar para bajar mis defensas?'' Es la pregunta que no me llegué a formular. Te miré a los ojos y supe que era tuya, y suena irracional porque lo comprendo solo yo que pude sentirlo.
Con vos no tuve dudas, y todavía no las tengo. Estoy completamente desnuda frente tuyo, y por primera vez en mi vida no estoy pensando en lo que dolería un golpe estando así de frágil. Creo que incluso sonreiría, digo, si me golpearas, porque como dijo Augustus en ''Bajo la misma estrella'', y aunque no entendí esa frase hasta ahora porque cuando leí el libro todavía me parecía un sinsentido poder querer tanto, sería un inmenso privilegio que me rompieras el corazón.
Sol Iannaci