El cariño que robé

Ojalá fuese más simple. Pero las palabras que no decís se clavan como agujas en mi piel y eso que alegas no ser capaz de prometerme se convierte en todo lo que necesito para cerrar los ojos con tranquilidad cuando duermo a tu lado. Y cuando guardás silencio formulo preguntas que mueren sin ser verbalizadas, porque sé que tus respuestas son siempre heridas de bala, y todavía a las anteriores las intento cauterizar. Ojalá fuese más fácil, y camináramos juntos por un terreno seguro, pero el campo está minado y las posibilidades de que demos un paso en falso son inminentes, y me atemoriza perderte, pero más me atemoriza mirarme en el espejo y no saber si soy una persona que merece ser amada, o tan solo un náufrago, un mendigo que está pidiendo limosnas de un amor al que nunca hace más que aspirar.

A veces me mirás con cariño.

Un cariño que robé. Uno que no sé si sos consciente que sentís o si tan solo se desprende de tus ojos pero no se internaliza en tu mente ni llega a formar parte de tus certezas. ¿Tenés alguna certeza cuando se trata de mi nombre, de las tres letras con las que me presenté sin tener idea de que esta historia iba a ser tan larga y compleja de contar?

Ojalá pudieras decirme que tenés algo claro, y que ese algo tiene que ver conmigo, con lo que doy, con lo que siento, con lo que soy. Y todo sería simple.

Y entonces no me daría vergüenza ponerle, aunque sea yo sola, el nombre "amor".

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