Estabilidad
Coloqué una carta más en mi castillo de naipes. Tambalearon, pero seguían de pie. Me reí, festejé la victoria, y el viento que surgió de mi propia risa hizo que todo se terminara por derribar. Parece que ser feliz no es para mí, pensé, que esperan a verme esbozar una sonrisa para borrármela del rostro en tan solo un segundo. Cuantas veces mi autoestima, mi vida entera, fue ese castillo de cartas, frágil, y una simple nimiedad amenazaba su estructura entera. Los días pasaban y temblaba pero no se caía, y yo reía, porque solucionaba el problema superficial. Pero el problema de fondo, es que tu felicidad dependa de algo tan débil y fácil de destruir. Entonces entendés, que podés intentar mil veces rearmarlo, con las mismas piezas, o podes elegir rearmarte, de cero y con un material distinto. Uno que no cualquier dificultad puede destrozar. Podes ser una persona débil, y sobrevivir a base de una alegría ficticia, o podés hacerte fuerte, y que cuando te sepas feliz, no importe tanto si