Todo igual

Y si hubiera sabido lo que nuestro encuentro casi fugaz iba a dolerme, si hubiera sabido que conocerte me marcaría tanto por tanto tiempo, si hubiera sabido que el olvido iba a ser mil veces más eterno que el amor, lo hubiera hecho -todo- igual, con vos. Te hubiera conocido como te conocí, hubiera dicho todo lo que dije, quizás hasta te hubiera abrazado más fuerte, besado más tiempo, amado más intenso, aunque después me lastimara más que esto, aunque se alargara el sufrimiento y atrasara el olvido. Viviría una y otra vez todo lo vivido.

Y hoy miro hacia atrás y no creo que encontrarnos a la misma hora en el mismo lugar haya sido una cuestión de mera casualidad. Hoy miro hacia atrás y que nuestros planetas diferentes hayan colapsado por un rato, que esta vida nos haya hecho existir, aunque no estemos destinados a sobrevivir, no es cuestión de suerte, no es un accidente. Que vos y yo hayamos estado juntos, que nuestros corazones hayan latido en la misma sintonía, es algo más que coincidencia. Hoy, después del caos que hicimos con nuestra historia, ahora que estamos en lugares tan distintos y ya no tenemos nada en común más que los recuerdos, miro hacia atrás, y no le guardo rencor a este destino que no me deja estar al lado tuyo, más bien le agradezco a quién sea que decidió que tengamos que ser vos y yo aquella vez.

"Fue bueno" pienso cuando vuelvo hacia atrás y recuerdo lo que sentí junto a vos. Y por primera vez, ya no lo recuerdo con melancolía. Todo es temporal, quizás nosotros fuimos tan solo segundos, pero sé que ocurrimos, sé que tuve la suerte de exprimir ese instante, de vivir al tope cada sentimiento. Fue bueno conocerte, fue bueno que hayas existido por acá, fue bueno que hayamos sido nosotros dos. Fue bueno, no cambiaría nada, sé que algún día va a dejar de doler. Mientras tanto, me aferro a estos pensamientos. Me aferro a la idea de que haberte conocido vale todo este dolor. Me aferro a la idea de que el mundo también debe estar sonriendo junto a mí, porque por un ratito vos y yo fuimos dos, porque este planeta fue testigo del incendio que hicimos y de que es posible esa clase de pasión entre dos desconocidos que en segundos saben arder de la misma manera, como si hubieran esperado vivir esos segundos durante toda la vida.

Sol iannaci

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